Tengo sentimientos encontrados con respecto a jugar 5c5 en los entrenamientos.
En general, no es algo que me guste en exceso practicar durante los entrenamientos por dos motivos:
- Limita la participación: Un balón para 10 jugadores/as, jugando 10 min, si quitamos el tiempo perdido en saques, faltas..., pongamos que se conviertan en 8 minutos de tiempo efectivo, y suponiendo que todos/as tuvieran las mismas oportunidades, eso se traduce en que cada uno/a habrá podido tener el balón 48 segundos en sus manos. Pero eso es en el mejor de los casos, en el que todos/as participasen por igual, que no es algo que suela ocurrir. Lo normal es que tengamos jugadores/as que por sus mejores condiciones técnicas absorban un mayor número de tiros y tiempo con el balón, con lo que aquellos jugadores/as más flojos técnicamente muchas veces acaban el partido habiendo apenas tocado el balón y quizás sin haber tenido ninguna oportunidad de ni si quiera tirar a canasta, cuando justamente son esos jugadores/as los que más necesitan mejorar.
- Limita la intensidad: Hay pocos ejercicios que exijan una mayor intensidad que jugar un partido, ya que hay pocos intervalos para recuperar y como mucho solemos tener un par de cambios si es que contamos con 12 jugadores/as. Esto lleva a que las acciones tanto en ataque como en defensa rápidamente pierdan intensidad, con lo que muy pronto deja de parecerse a esa situación de partido que queríamos simular.
Por supuesto que también veo que tiene beneficios jugar 5c5. Como decía, tengo sentimientos encontrados pues nuestra labor es también prepararles para lo que se van a encontrar durante el partido, ¿Cómo van a saber situarse, ocupar espacios y leer las múltiples situaciones que se producen si no se practican antes?
Por eso, siendo siempre consciente de las limitaciones que genera el jugar 5c5, considero necesario introducirlo en los entrenamientos, en menor o mayor medida en función de la categoría que entrenemos, incluyendo normas en cuanto a la duración o ataques consecutivos que se pueden hacer para evitar que la intensidad caiga, y/o normas que puedan fomentar la participación de aquellos jugadores/as con menos aptitudes y que de manera natural quizás no les resultase muy provechoso.
Pero es cierto que intento reducir su utilización, buscando alternativas con ejercicios o simulando situaciones con menos jugadores/as restringiendo el espacio, de manera que eleven el grado de participación, y con rotaciones que permitan descansos que ayuden a mantener la intensidad de aquello que estemos trabajando.
Supongo que cada uno podéis tener una idea diferente, no pretendo sentar cátedra, simplemente comparto mi experiencia, encantado de que cada uno aportéis vuestro punto de vista en los comentarios de esta entrada.
Comentarios
Publicar un comentario